Llegó el momento. Le seguimos viendo pequeño e indefenso pero el curso que viene irá al cole. ¿Elegimos el cole que queremos? ¿Elegimos el que podemos? ¿O simplemente elegimos el que nos toca?

Aquí van una serie de consideraciones que es interesante tener en cuenta a la hora de elegir el cole en el que, salvo contratiempos, nuestro niño pasará los próximos años.

Por un lado tenemos que tener en cuenta los puntos máximos que podremos obtener en función de la zona en la que vivamos o trabajemos. Esta es la primera criba que haremos a la hora de elegir cole. Elegir el cole más cercano tiene ventajas obvias aunque es complicado que cumpla con nuestras expectativas educativas. Pero, ¿en qué debemos fijarnos si queremos ir más allá que la mera proximidad geográfica? Si no estoy familiarizado con el mundo educativo, ¿cómo debo saber cuál es la mejor opción?

  • Quiero un cole innovador: Lo primero es plantearse qué es ser innovador. Si hablamos, por ejemplo, de centros en los que la cooperación entre alumnos está a la orden del día es importante fijarse en cómo tienen dispuesta las aulas, los pasillos, el hall, las escaleras… Un cole no trabaja de manera cooperativa por el hecho de que las mesas de clase estén dispuestas en grupo.  Pide que te cuenten cómo es un día cualquiera en el cole. Si hablamos de coles que se suben a nuevas tendencias como “la clase al revés” es importante que sepan justificarnos por qué y para qué… Hacer en clase todo lo que “está de moda” lejos de ser innovador es síntoma de no tener identidad pedagógica.
  • Quiero que la metodología sea abierta: En ese caso tienes que tener en cuenta que la fe y la confianza que tengas en el profesorado ha de ser del 120%. Para nada te recordará este tipo de enseñanza al modo en el que tú aprendiste. No serás tú el que expliques a tu hijo (ya aprende él solo) sino que será él, el que te explique a ti. Adelantarse o decir a nuestro hijo “mejor hazlo así que es más fácil” es contraproducente siempre pero mucho más en centros en los que la metodología es abierta.
  • Quiero un cole tecnológico: Que los niños trabajen con tabletas o portátiles no es sinónimo de que el colegio sea tecnológico. Son bastantes los colegios que hace muchos años pasaron al trabajo con tabletas. Multitud de ellos han sufrido un fracaso absoluto ya que han tomado la tableta como un fin en sí mismo cuando lo que tenían que haber hecho era tomarla como un medio (del mismo modo que un boli o una regla o un estuche no son más que medios para poder llevar a cabo una labor).
  • Quiero un cole con un buen nivel de inglés: Cuidado, que lo que llaman bilingüismo ha hecho mucho daño. Hace un tiempo una compañera de trabajo me pidió que opinara sobre el cole al que iba a llevar a su hijo. Le preocupaba el tema del inglés. Visitando la web del cole me llamó poderosamente la atención que en el apartado en el que hablaban del bilingüismo había un gran letrero que decía WELLCOME… La traicionera segunda L fue clave para que no elegiera ese colegio que se vendía como bilingüe. Otro handicap del bilingüismo son las áreas que se imparten en inglés. Los niños de mi clase decían Saragousa en vez de Zaragoza aunque también es verdad que dominaban a la perfección todos los estados americanos. El inglés es importante, claro que sí, pero las horas de clase son las que son y hay que ver qué parte en español es eliminada para ser impartida en inglés.
  • Quiero un cole que fomente la creatividad: Tener una publicidad con unos niños llenos de pintura o alardear de creatividad suele ser síntoma de todo lo contrario. No hay más que darse una vuelta por el cole y ver el funcionamiento, ver la cara de los niños y sus reacciones. La creatividad es mucho más que un bonito dibujo o una bonita escultura.
  • Quiero un cole que fomente la autonomía de los alumnos: Tienes que visitar el centro para ver el nivel de independencia y autonomía de los alumnos. Estuve un tiempo en un cole que me llamó la atención por el nivel de autonomía de los alumnos… ¡Tenían una misión! Eran mucho más que alumnos. Unos acompañaban a otros a extraescolares, los mayores acompañaban a los pequeños a encontrar a sus padres. Todos tenían grabado que la educación es cosa de todos y dentro de “todos” están los alumnos (esto es algo que se da por hecho pero que no todos los centros hacen).
  • Quiero un cole estricto y de nivel: Ojo, que se piensa que estricto y de nivel va de la mano y no suele ser así. El cole “estricto” delega en exceso en las familias y no hay que olvidar que si los padres suplantan la labor del maestro, el maestro estará de más. Un cole no tiene nivel porque siente a los alumnos mirándose la nuca en lugar de sentarlos mirándose a la cara. Un cole de nivel no lo es porque lleven a los niños en una perfecta y silenciosa fila. Yo he visto como en un cole de estos “estrictos” el tutor llevaba a los niños en fila, con las manos atrás y la cabeza agachada (se podría pensar que era un profe de la vieja escuela pero la realidad es que el profe no llega a los 30). Tampoco te dejes engañar por los resultados de las pruebas autonómicas. No os podéis hacer idea de la cantidad de trampas que se hacen en los coles con estas pruebas.
  • QUIERO UN COLE CON NIÑOS Y PROFES FELICES: Este debería de ser el anhelo de todos. ¡Qué el niño sea feliz! Y, si además aprende, mejor que mejor. Un profe feliz es un profe implicado y motivado. Si el profe está implicado y motivado tu hijo lo estará…

Suerte con la elección.