Recuerdo una época (con 12 o 13 años) en que me encantaba hacer pompas de jabón. Tenía dominada perfectamente las proporciones de agua y jabón que debía utilizar a pesar de que aún no habíamos tenido la “apasionante” clase de matemáticas de proporcionalidad. Recuerdo que me pasaba tardes enteras mirándolas y disfrutando de los reflejos que en ellas se producían. Me encantaba ver cómo subían al cielo mecidas por el viento…

Hasta que un día, de repente, ¡¡¡HORROR!!!

Una extraña conexión en mi cerebro quiso que conectara algo de lo estudiado hacía poco en el cole con una de las preciosas pompas que subían hacia el cielo.

LAS POMPAS DE JABÓN TIENEN FORMA DE ESFERA.

LAS POMPAS DE JABÓN SON LÍQUIDAS.

LAS ESFERAS SON CUERPOS SÓLIDOS.

¿Era la pompa de jabón un cuerpo sólido por el hecho de ser una esfera o es que acababa yo de descubrir los CUERPOS LÍQUIDOS?

Yo nunca me atrevía a preguntar en el cole porque había tenido malas experiencias al respecto (el profe mirándote como diciendo “este no se entera”, compañeros gesticulando buscando la complicidad del profe o, directamente, alguna risa malintencionada). El caso es que tenía claro que mi descubrimiento merecía ser compartido con mi profe y compañeros… ¡Yo estaba deseando contar a todos mi hallazgo!

Llegué a clase con el corazón a 1000 entre vergüenza, nervios y emoción. Levanté la mano y conté mi historia. Lo que pasó después motivó que pasara años sin volver a levantar la mano:

Bernabeu. Menos jugar con pompas de jabón y más estudiar.

FIN DE LA HISTORIA.