Hoy tenemos la suerte de contar con un artículo escrito por Diana. Diana es maestra,  directora de la Escuela Infantil Chupetines desde hace 10 años y madre de tres niños preciosos.

Aquí nos deja su reflexión sobre algunos temas que nos preocupan a los papás cuando nos decidimos a llevar a nuestro hijo a una escuela infantil. ¡Gracias Diana!

Año tras año escucho a las familias dudas y miedos que se repiten todos los cursos.  Si no deben coger mucho a sus bebés para que no se acostumbren, si es mejor que vengan desde por la mañana para no perderse la asamblea y actividad de ese momento…Llegado este punto de dudas y miedos yo me limito a trasladarles mi opinión como madre y como educadora:

¿ES MALO QUE COJA MUCHO A MI BEBÉ?

Desde mi punto de vista, lo más importante a esta edad tan temprana es el núcleo familiar, si la familia está bien, el bebé también estará bien; por lo que si quieres cogerlo mucho tiempo ¡hazlo! Disfruta de tu momento con tu bebé, lo peor que puede pasar es que tarde dos o tres días más en darse cuenta que en la Escuela Infantil no siempre podemos cogerlo en brazos, pero eso formará parte de su aprendizaje y adaptación a su nuevo medio, y descubrirá que en casa sigue siendo tan especial como siempre y que en la escuela también se le quiere pero aprenderá a compartir, a compartir no solo los juguetes, también  el tiempo de sus profes con el resto de compañeros de  clase, es decir, a vivir en grupo.

¿HAY HORA IDEAL DE ENTRADA?

Por otro lado, también se repite mucho la duda de si es mejor que entre desde por la mañana o entrar más tarde. A priori es mejor que entre desde por la mañana para no perderse la asamblea, la actividad de la mañana e incluso el tiempo de recreo. Pero claro, no todas las familias tienen las mismas circunstancias. Los horarios de trabajo no siempre son compatibles con los escolares, ¡qué gracia me hace cuando se habla de conciliación familiar y laboral, qué lejos estamos, pero ese es otro tema!

En fin, que quién soy yo para decirle a una madre o un padre que es mejor que venga a las 9 de la mañana para que no se pierda nada de las actividades de la mañana y adquiera las rutinas, si a cambio no  va a poder ver a su hijo porque llegará cuando ya duerme; y no es que no valore nuestro trabajo, todo lo contrario, pero es aún más importante el tiempo que cada hijo estará con su padre o madre. Al final lo único que les pedimos a las familias con horarios complicados es que disfruten con sus hijos y que el horario en que entren o salgan no interrumpa el funcionamiento diario, es decir, no entrar en medio de las actividades, sino antes o después.

 ¿Y SI AÚN TIENE PAÑAL? ¿Y SI AÚN NO COME SOLO?

Cuando nos vienen un poco más mayores, alrededor de los 2 años, también me encuentro con las familias que tienen temores porque lleguen con pañal y los demás niños no, o que aún no hablan o comen solos. Está claro que desde el momento en que te conviertes en padre o madre te asaltan muchas dudas ya que siempre queremos lo mejor para nuestros hijos y muchas veces no sabemos cuál será la mejor manera y tenemos miedo a equivocarnos. Partiendo de la idea de que es bueno no creerse siempre en la posesión absoluta de la verdad, ya que esto nos impedirá crecer y avanzar, también ES MUY IMPORTANTE CREER EN NUESTRO POTENCIAL COMO BUENOS PADRES. En la Escuela Infantil no estamos para juzgar a ninguna familia, sino para ayudar en esta etapa. No pasa nada si llegan sin saber comer solos, ponerse los zapatos,… Cada niño tiene un nivel madurativo que no siempre coincide con su edad cronológica, hay niños que hablan muy pronto y, sin embargo, comienzan a caminar más tarde de lo que se supone que debe hacerlo, o al revés.

A fin de cuentas, pretendemos que el tiempo que están los niños en la escuela se sientan felices y que aprendan a vivir en esta mini sociedad, además de cumplir con los objetivos del currículo.

Y, por supuesto, estamos para ayudar a las familias en lo que esté en nuestra mano; pero son los padres y madres los que después de escuchar las distintas opiniones de familiares, educadores, amigos, vecinos y todos los que opinen acerca de la educación sus hijos, los que deben usar su sentido común para saber qué es lo que deben hacer en cada momento.