Aprendemos con los demás y de los demás, ¿por qué motivo entonces privamos a nuestros alumnos de aprender a interpretar gestos, emociones y sentimientos?

 

¿Es malo que me apoye en mi compañero para encontrar la regleta adecuada? ¿Es malo que le pregunte cómo llegó a tal o cual descubrimiento? ¿Es eso «copiar» o «aprender»?

Está más que demostrado que el alumno que es capaz de explicar «cómo se hace» es que ha conquistado el conocimiento. ¡Dejémosles que cuenten y expresen lo que saben!

Difícil hacerlo si sentamos a los niños mirando la nuca del de delante… ¿Es que ya se miraron suficiente en infantil y en primaria «hay que ponerse serios?»

Utilicemos las aulas para enseñar a nuestros alumnos a vivir en sociedad. Que aprendan a ayudar, que aprendan a dejarse ayudar, que aprendan a escuchar y si hay tiempo que aprendan un poco de matemáticas o lengua.

Empecemos por dejar que miren al de enfrente en lugar de mirar al de delante.